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La
Provincia de Entre Ríos |
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ENTRE
RIOS HISTORIA |
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JUSTO
JOSE DE URQUIZA
Presidente de la Confederación Argentina (1854-1860).
Gobernador de la provincia de Entre Ríos, general, estanciero
y estadista.
Nació el 18 de octubre de 1801 en Talar del Arroyo Largo
(hoy, Urquiza), al norte de Concepción del Uruguay; hijo
de José Cipriano de Urquiza y Alzaga, un estanciero y comerciante
español y de María Cándida García y
González, porteña.
Se educó en Buenos Aires en el Colegio de San Carlos durante
los años 1816-1818, cuando se declaró la independencia
y se estaba decidiendo sobre la forma y dirección de la nueva
nación. Volvió a Concepción para hacer negocios
y comerciar (en especial con cueros); en gran parte como consecuencia
de sus relaciones familiares con Francisco Ramírez, participó
en la turbulenta vida política de Entre Ríos; se alistó
como oficial en la milicia de Concepción; en 1823 se unió
al mayor de los López en una conspiración para destituir
al gobernador Lucio Mansilla; fue exiliado; vivió un año
en Curuzú Cuatiá en Corrientes; se dedicó a
los negocios y a cultivar amistades que luego le serían útiles;
regresó a Entre Ríos y era jefe de la legislatura
provincial cuando rechazó la Constitución Nacional
de 1826; en 1832, acordó con Estanislao López, gobernador
de Santa Fe, aceptar a Pascual Echagüe como gobernador de Entre
Ríos para terminar con la anarquía allí reinante.
En 1836, Urquiza acompañó a Echagüe
a Buenos Aires y se encontró con Juan Manuel de Rosas quien
lo puso al mando de la división federal de observación
en la frontera uruguaya; durante los quince años siguientes,
Urquiza, un federal convencido, sirvió a Rosas como oficial
militar y aliado político; colaboró en la defensa
de Paysandú (1837); en esos años se produjeron sangrientas
guerras civiles en el Uruguay y en las provincias argentinas de
Entre Ríos y Corrientes; Rosas apoyó a Manuel Oribe
y a sus partidarios en el Uruguay y su opositor Fructuoso Rivera
contó con el apoyo de los unitarios; Juan Lavalle, José
María Paz y Rivera estaban al mando de los unitarios al
tiempo que Oribe comandaba las tropas federales de Rosas y Urquiza
se convertía en un importante líder federal; en
1841, Urquiza sucedió a Echagüe como gobernador de
Entre Ríos pero se vio obligado a delegar el poder y a
retirarse del otro lado del Paraná con sus tropas cuando
el este de Entre Ríos fue invadido y ocupado por las fuerzas
unitarias del Uruguay; el general José María Paz
tomó Paraná; finalmente, hacia 1845, se había
hecho la paz con Corrientes y después de que la derrota
en Arroyo Grande había hecho replegar a Rivera al Uruguay
en 1842. Urquiza invadió ese país y derrotó
a aquél completamente en India Muerta, el 27 de marzo de
I845; a su regreso a Entre Ríos, encontró a su provincia
amenazada otra vez por fuerzas correntinas dirigidas por el unitario
Madariaga y por el general Paz. La derrota por Urquiza de estas
fuerzas, seguida por un tratado de paz, marcó el comienzo
de las desavenencias entre él y Rosas.
Urquiza nombró gobernador de Corrientes a su amigo Benjamín
Virasoro; habiendo sido reelecto gobernador de Entre Ríos
en diciembre de 1845, hacia 1847 se había convertido en
el líder político más importante de la Mesopotamia
argentina.
La ruptura final entre Urquiza y Rosas se produjo en 1851 con
su manifiesto del 1° de mayo, que afirmaba que Entre Ríos
reasumía sus derechos soberanos y convocaba la reorganización
nacional; propuso que las divisas "Viva la Confederación
Argentina!" y "¡Mueran los salvajes unitarios!"
fueran reemplazadas por "¡Mueran los enemigos de la
organización nacional!"; sólo Corrientes lo
apoyó en ese momento.
El 29 de mayo de 1851 se firmó una alianza entre Brasil,
Entre Ríos y el gobierno de Montevideo contra Oribe (aliado
de Rosas); Rosas respondió declarando la guerra al Brasil;
después de obligar a Oribe a capitular, Urquiza replegó
su ejército a Entre Ríos; el 24 de diciembre de
1851, cruzó el Paraná con el Ejército Grande
Libertador y llegó a las cercanías de Buenos Aires;
en la histórica batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852,
obligó a Rosas a rendirse y a renunciar.
Urquiza se dedicó, a partir de ese momento, a la tarea
de lograr la organización nacional; el 31 de mayo de 1852,
la mayoría de los gobernadores provinciales firmaron el
Acuerdo de San Nicolás, por el cual Urquiza recibía
el cargo de Director Provisional de la Confederación Argentina
y convocaba un Congreso General Constituyente que se reuniría
en Santa Fe en agosto, en septiembre, la provincia de Buenos Aires
se retiró de la Confederación, por la sospecha de
parte de los exiliados que regresaban de que Urquiza podía
ser otro Rosas y además porque la mayoría de los
porteños creían que la reorganización debía
realizarse bajo la dirección de Buenos Aires, así
como también por el permanente deseo de mantener los beneficios
de los impuestos portuarios para su propia provincia; mientras
continuaban las hostilidades.
Los representantes de las otras provincias argentinas se encontraron
en el Congreso de Santa Fe y redactaron la Constitución
Federal de 1853. La mayoría de las provincias la aceptó
y en 1854 Urquiza comenzó su período presidencial
de seis años como primer presidente constitucional de la
República Argentina, con su capital en Paraná, Entre
Ríos. Como presidente, firmó un tratado con España
(1858) por el cual ésta reconocía la independencia
argentina y establecía relaciones diplomáticas estimuló
la inmigración y la creación de colonias agrícolas,
una en Santa Fe (Esperanza) y una en San José, Entre Ríos;
firmó el tratado de libre navegación con Brasil;
reconoció la independencia del Paraguay y nacionalizó
la Universidad de Córdoba.
Por sus esfuerzos, la instrucción pública, el comercio,
la producción, la industria, las ciencias y las artes,
los transportes y las comunicaciones recibieron un extraordinario
estímulo y el progreso llegó a todas las provincias;
el problema de incluir a Buenos Aires en la Confederación
parecía estar acercándose a la solución de
1859.
Aunque ciertos líderes de Buenos Aires pidieron como condición
que Urquiza renunciara; los sucesos políticos de la provincia
de San Juan, con el asesinato del gobernador Benavídez
como consecuencia, reabrieron el conflicto, en la batalla de Cepeda,
el 23 de octubre de 1859, el presidente Urquiza derrotó
completamente a las tropas de Buenos Aires comandadas por el general
Bartolomé Mitre.
El 11 de noviembre de 1859 se firmó el Pacto de la Unión
Nacional en San José de Flores por el cual Buenos Aires
sería incorporada a la Confederación; en 1860 Urquiza
delegó la presidencia al recién electo Santiago
Derqui y otra vez fue gobernador de Entre Ríos (1860-1864);
continuó con sus anteriores esfuerzos para completar la
reintegración de Buenos Aires a la Confederación
pero comenzaron nuevas hostilidades.
El 17 de septiembre de 1861, Mitre, en ese entonces gobernador
de Buenos Aires, venció a Urquiza en Pavón; se acusó
a Urquiza de haberse rendido sin necesidad; se firmó una
paz en la que Urquiza aceptó retirarse a Entre Ríos
y permanecer alejado de la política; la organización
nacional, por la que Urquiza había trabajado tanto, se
logró por fin con Bartolomé Mitre como primer presidente
y con Buenos Aires como capital.
La Guerra con el Paraguay significó serios problemas para
Urquiza, que había mantenido estrechos vínculos
y negocios con sus líderes; trató de usar su influencia
con Francisco Solano López para evitar la guerra pero fue
inútil; cuando López atacó Corrientes, Urquiza
se pronunció en contra del Paraguay; y apoyó la
causa argentina a pesar de la poca popularidad de la guerra en
Entre Ríos.
Los federales provinciales en Entre Ríos, dirigidos por
Ricardo López Jordán (el menor), se estaban levantando
otra vez contra Buenos Aires; Urquiza fue acusado de venderse
a los porteños; Cuando se propuso a López Jordán
como gobernador en 1868, Urquiza temió que su influencia
se usara con fines contrarios a la organización nacional
y aseguró la gobernación para sí mismo; también
apoyó para presidente a Sarmiento.
En febrero de 1870, Sarmiento visitó a Urquiza en su palacio
de la gobernación; el 11 de abril de 1870, las fuerzas
de López Jordán asesinaron a Urquiza en su casa
y mataron a sus hijos, Justo y Waldino, en Concordia; López
Jordán pasó a ser gobernador de Entre Ríos
hasta que lo derrocaron las fuerzas nacionales.
Urquiza fue sepultado en la parroquia de Concepción del
Uruguay; esta iglesia se convirtió en monumento nacional;
después de su muerte, se nacionalizó el Colegio
del Uruguay y se lo llamó Colegio Nacional Capitán
General Justo José de Urquiza; en 1942, el edificio original
se transformó en monumento nacional. Justo J. de Urquiza
es una de las figuras más discutidas de la historia Argentina.
muchas historias contemporáneas y otras escritas con anterioridad
aún se hallan matizadas por las pasiones del período
de Rosas.
Pero siempre se han reconocido sus aportes en la reorganización
nacional bajo la Constitución Federal. Más recientemente,
se ha valorado su clara visión de las necesidades económicas
y culturales del país y sus aportes en todos esos campos;
los historiadores modernos de su época tienden a enfatizar
también sus contribuciones a la educación, a la
libertad de prensa y al desarrollo económico; como comerciante
de toda la vida, empresario y estanciero influyente, los intereses
económicos personales y los de su país desempeñaron
un papel importante, como también sus convicciones federales,
en su insistencia acerca de la organización nacional y
de la inclusión de Buenos Aires en la Confederación.
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