Si usted tiene un automóvil con equipo de GNC, o piensa adquirir
uno, existen ciertas pautas que lo ayudarán en su decisión.
Con el precio de la nafta por las nubes y el del
gasoil ahí nomás, el GNC (Gas Natural Comprimido)
se ha transformado en la vedette de la Argentina en materia de propulsión.
La crisis de finales de 2001 aligeró terriblemente el ritmo
de conversión de autos a este tipo de combustible.
Instalarle un equipo de GNC con un tubo de 60 litros a un coche
mediano cuesta en promedio 1700 pesos, según la marca del
conversor, cifra sobre la que hay que agregar unos 150 pesos si
el coche posee inyección electrónica en vez de carburador.
Es una cifra respetable para los tiempos que corren hoy, pero si
uno utiliza el auto con asiduidad pueden ser el puente hacia una
reducción de gastos del orden del 70 por ciento.
1.000 km por mes son una cifra interesante para
comenzar a pensar en el GNC. Pero antes, sobre todo si usted tiene
que comprar un auto para luego convertirlo, sería interesante
que repare en ciertos aspectos:
1) Trate de elegir coches eficientes en su consumo,
porque si ya es “gastador” en nafta, lo repetirá con GNC,
y la autonomía resultante será baja.
2) Un coche con baúl grande puede ser la
salvación, a no ser que usted no utilice los asientos traseros
y los destine para carga. En ciertos vehículos (Renault Clío,
VW Gol, Chevrolet Corsa, etc.) un cilindro de 60 litros abarca casi
todo el baúl.
3) No mezquine a la hora de comprar un equipo.
Inclínese por uno de calidad probada.
4) Antes de colocar el equipo, o si tiene en vista
un coche que lo incluye, acérquese a un centro de conversión
y pregunte por la capacidad de cada cilindro y el rendimiento en
ese automóvil.
5) Cuidado con el usado. Si le ofrecieron un equipo
de segunda mano, exija la documentación respectiva y acérquese
a un taller de conversión reconocido para chequear su autenticidad.
Recuerde que cada componente del equipo está numerado y se
empadrona en un registro único bajo el nombre de un titular.
Si compró un coche con GNC o ya instaló un equipo
en el suyo, descubrirá que cada m3 (metro cúbico)
de gas cuesta entre 40 y 60 centavos -según la estación
de servicio que lo expenda- y rinde aproximadamente lo mismo que
un litro de nafta, cuyo precio oscila entre 1.7 y 2 pesos. Como
contrapartida de esto verá que su auto no es tan ágil
en aceleración (se pierde algo de potencia), que va más
pesado de atrás y la suspensión ya no trabaja igual,
y que el baúl se ha reducido. Pero si de ahorrar se trata...
Además de andar con poca plata, usted notará
que el aceite del motor dura más y que el sistema de escape
no se desgasta con la misma frecuencia de antes, pero deberá
atender especialmente al estado de los amortiguadores y los neumáticos
del eje trasero, dada la sobrecarga que reciben. Cambie con mayor
frecuencia las bujías y sus respectivos cables.
Poco a poco, usted se irá adaptando al manejo
de su auto con GNC. Es recomendable que controle el consumo de la
unidad y la autonomía en ruta y ciudad para detectar anomalías
en su funcionamiento. Trate de que el coche haga unos km al mes
con nafta para evitar que se resequen algunos elementos del motor
que la utilizan como lubricante. Ante cualquier emergencia, siempre
tenga en el tanque unos litros de combustible, no demasiados porque
si no se utilizan se degradan convirtiéndose en la famosa
“nafta podrida”.
Antes de hacer un viaje, primero cerciórese que la oblea
habilitante del equipo tenga validez, y luego compruebe la existencia
de estaciones de GNC y sus respectivas distancias para diseñar
una estrategia de recargas inteligente. Junto a los papeles del
auto, lleve siempre la cédula identificatoria del equipo.
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