Si las alfombras no se han guardado, es habitual que alguna esquina
se haya levantado o se haya marcado alguna arruga. Para que desaparezcan,
lo mejor es humedecer la zona en cuestión con una esponja impregnada
en agua y alcohol por su revés. Después extendela bien
y poné algún objeto pesado en sus esquinas.
Si tiene flecos, lo normal es que estén enredados o retorcidos.
Si querés devolverles su forma original, humedecelos con
agua y jabón neutro y peinalos con un peine de púas
anchas. Para mantenerlos, remojalos en almidón o bien pulverizalos
con apresto para la ropa en spray.
También conviene aspirarla para eliminar los restos de
polvo, y airearla a la sombra para que pierda posibles olores. |