Escasa es la distancia que separa a La Paz de uno de los territorios más maravillosos con que cuenta la provincia de Entre Ríos para realizar este tipo de actividad: la "selva de Montiel", el mayor reservorio de flora natural y fauna silvestre del territorio provincial. La agreste aspereza del bosque semixerófilo de palmeras caranday, espinillos, algarrobos y quebrachos blancos, transitada en compacta "fila india" por senderos que se abren y se cierran en intrincados matorrales.
El sol que se va atenuando hasta que una semipenumbra se adueña del lugar. Árboles cubiertos de musgos, piso tapizado de helechos, pájaros que se mueven inquietos, al paso de los excursionistas que transitan la costa de los arroyos cubiertos por la "selva en galería".
Un recorrido por esta dilatada y maravillosa geografía nos pone en contacto con un mundo de sensaciones, de aromas, de sonidos que nos hacen vibrar a cada paso.

En este paradisíaco lugar, se puede cabalgar por las barrancas del Paraná, recorriendo las sendas que entrecruzan el bosque ribereño, o apreciar los claros del monte, desde donde se divisa, como desde una platea, el entramado de las islas con sus diversos tonos de verdes. También se puede atravesar lomadas y profundos cañadones, por los que se desciende hasta la margen misma del río.
Cabalgar en la zona de esteros, chapoteando agua entre las flores celestes del camalotal, bordeando lagunas pobladas por irupé o escuchando el canto de los gallitos del agua, puede convertirse en una experiencia inigualable, tanto como mirar hacia el poniente, y ver el sol como una bola de fuego, cuando desaparece entre las islas.

Esta actividad encuentra en la Ciudad de La Paz un marco privilegiado para su desarrollo, porque aquí se encuentran circuitos especialmente construídos a tal fin, que aprovechan al máximo la combinación de paisaje y del terreno con sus distintos tipos de suelo, y accidentes naturales. Rústicas pasarelas, estrechos senderos y bajadas al río nos permiten rodar sobre la arena de la costa.
El turista puede disfrutar además, de sectores de monte con cañadones poblados de especies forestales autóctonos y aves propias de la región.

Deslizarse serena y rítmicamente, remando sobre una canoa o kayak por sectores del río Paraná y arroyos interiores del norte entrerriano, resulta una experiencia movilizadora. Sentirse maravillado e insignificante a la vez, ante la inmensidad del Paraná, nos permite sorprendernos al navegar el curso meandroso del Arroyo Feliciano, descubriendo en cada recodo un nuevo paisaje.

La Paz cuenta con ámbitos sorprendentes para la práctica de esta actividad: distintos tipos de suelos arenosos, fangosos, sendas que atraviesan bosques y cauces de arroyos interiores que recorren las barrancas del río Paraná.
Se destacan el circuito de la Estancia El Desafío y el Circuito de las estancias que permite unir La Paz con la vecina ciudad de Santa Elena por viejas huellas de carros y tropas.

El sur de la ciudad, más principalmente el Parque de la Aventura, cuenta con cuatro circuitos con distintos grados de exigencia, según la condición física todos ellos pueden recorrerse en forma separada o uniendo tramos parciales, y así totalizar 100 m de recorrido en un marco paisajístico formidable, donde el Río Paraná es el principal protagonista, junto a la flora y avifauna costera.

La vegetación en la Provincia de Entre Ríos presenta importantes modificaciónes a raíz de las actividades agropecuarias. Esta situación se ha visto atenuada en La Paz a punto tal, que puede afirmarse que se encuentran aquí, unas de las mejores formaciones costeras del territorio provincial.
Para nuestra dicha, es posible apreciar aún importante remanentes de la cobertura forestal original del territorio entrerriano.
lInmerso en este paradisíaco paisaje, se encuentra la vegetación selvática, en la zona de islas, que se extiende frente a La Paz. Junto a las costas del Paraná, con ejemplares del monte chaqueño, arroyos afluentes y costas, se encuentra cubierta por selva la galería de origen tropical.
En las tierras altas, se avisoran bosques abiertos de mediana altura, típica formación semixerófila del Espinal.
Por último, encontramos la zona de la selva de montiel con extensas comunidades de palmares yatay y caranday.