Explosión de naturaleza, por donde se lo mire el Parque Urquiza
emana la frescura y la belleza de un verdor sin igual. Esta magnífica
extensión de 44 hectáreas de naturaleza viva, situada sobre las barrancas,
se presenta como el balcón verde sobre el río. En él se encuentran
bien diferenciados tres niveles: Costanera Alta, Media y Baja, unidos
por antiguas escalinatas de pendientes pronunciadas y senderos peatonales
que permiten descubrir y explorar la rica vegetación.
Allí se hallan prolijamente
esparcidas cascadas y vertientes naturales, fuentes, parques infantiles,
novedosas esculturas y monumentos.Para los que adhieren a la práctica
gimnástica el parque en su totalidad se muestra como el lugar ideal,
las zonas destinadas a los ejercicios aeróbicos permiten además
“paisajear” en el trayecto. Uno de los últimos aportes con los
que cuenta es la incorporación de la ciclovía, que le permite a
los practicantes de este deporte transitar por un sendero exclusivo
y seguro.
Caminar por la costanera presenta distintas chances según la hora que decida
el turista, su amplia vereda es apta para patinar, andar en bicicleta, patineta,
correr o simplemente pasear, también tomar mate o pescar en las escaleras que
miran el río. Una postal cautivante es apreciar la puesta del sol
que se
derrumba sobre un horizonte de agua.
La ciudad se alza sobre enormes y escarpadas barrancas cubiertas
del verdor de la vegetación, que en su altura máxima alcanzan los
85 m. En este entorno su ubicación es privilegiada y la dota de un
excelente mirador al río. Allí se ubica el Parque Urquiza, desde
donde se divisan las postales cotidianas de pequeñas embarcaciones
de pescadores y navegantes deportivos. El río es vivido por los paranaenses
como una extensión misma de la ciudad, que, bendecida por el paisaje
ribereño, cuenta con un sin fin de opciones de diversión. Las calles
de la ciudad, al encontrarse sobre pronunciadas lomadas se perfilan
según el antojo del relieve atrevido, con cuestas originales y cautivantes,
adornados por añosas arboledas.